sábado, 21 de agosto de 2021

Cuando mueren los Apegos, Nace la Libertad

Después de algún tiempo de ausencia estoy de regreso, espero os guste mi percepción sobre el tema y pueda ayudar a alguno de Uds. y comienzo así

No es raro creer, que todo dura para siempre. 

Es por ello que las cosas duran el tiempo que tienen que durar, y acaban porque así debe ser. 

A menudo la gente que se marcha de nuestro lado sin brindar explicaciones no es porque sea mala o en su momento no haya sentido nada, simplemente es que ya no tiene la fuerza y no encuentra la paz de estar con uno y debe volver a salir de regreso a su búsqueda de amor propio. 

Creemos amar tanto a otra persona que cuando se va no sabemos qué hacer, pero lo mejor que podemos hacer, es no apresurarnos, conozcámonos a nosotros y amémonos por lo que somos, sin esperar que alguien lo haga por nosotros.

Pasa que nos empecinamos tantas veces a los dichos y recuerdos de personas que un día quisimos, porque nos sentíamos íntegros con su presencia, donde creíamos que nuestro nombre estaba a salvo en su memoria y en sus labios; que incluso aunque ya no estén a nuestro lado, es tan duro y desgarrador dejar ir, volver a creer y amar con la misma intensidad o aún más que la anterior.

Como si algo nos lo impidiera. Nos ponemos la propia soga a nuestro cuello, creemos que si se fue es porque nosotros cometimos un error, porque no dimos lo suficiente o no éramos lo que esperaban.  

La verdad dista mucho de eso, dimos lo que estuvo en nuestras manos ofrecer, nos entregamos por hacer que el barco funcionara; muchas veces, aunque deseemos tanto que duren las cosas estas tienen que llegar a su fin; para enseñarnos que la vida es un viaje constante de cambios y cuando hablo de cambios, me refiero a nuevos comienzos, comienzos de nuevas cicatrices, heridas que nos dejarán marcados para saber que algo nos volvió diferentes y nos cambió. De tristezas al perder una parte de nosotros que le entregamos a alguien, pero también de alegría de saber que nos cruzamos en la vida de una persona extraordinaria que nos enseñó cosas que no sabíamos, que nos hizo mirar con lupa aquello que sólo veíamos por arriba del aire, que nos hizo viajar a mundos desconocidos tomados de su mano.

Y es que cuando amamos no prevemos el dolor, mucho menos esperamos que haya un final, anhelamos escuchar palabras como te amo, te necesito, estaré para ti, esto es para siempre y muchas otras palabras que nos hacen vibrar hasta nuestra alma… Imaginamos que estas van a ser eternas, pues algo que nos hace sentir tan bien no puede acabar como si nada, pero olvidamos que para ver un hermoso amanecer tenemos que esperar a que la noche acabe, que para ver cómo las hojas en otoño caen y pronto vuelven a florecer necesitamos esperar un lapso de meses, y es que no puede durar más de lo que está en su destino ser. Por eso es mejor en no creer en los “para siempre”, por el contrario, gritarle al mundo que estamos aquí, ahora para vivir, para hacer sentir a la gente que está a nuestro alrededor cosas inimaginables, pues es mejor no atarnos a alguien, a algo, o a aquellas palabras que nos gustaría nunca acabaran, para poder salir ilesos de aquello que nosotros queremos que no nos haga daño.

Así que la cura de este mal es sencillo no?  No crear apegos emocionales y mejor vivan la vida al máximo hoy , no mañana , hoy porque solo hoy tienes la oportunidad de vivir al máximo y ser la mejor versión de nosotros mismos.