lunes, 16 de mayo de 2016

UN GRITO EN EL SILENCIO...




Sentimiento puro bajo la lluvia


Hace Días al salir del trabajo, caminé algunas cuadras entre charcos de agua que dejaba la lluvia sobre la acera rumbo al Centro.
Llegue empapado y me encontré buscando refugio en algún café del centro pensaba esperar a que pasara la lluvia, caminé con frío, con dolor de piernas; agotado; sin prisa, más lento que ayer...

La mirada en ningún lado y la conciencia sin ton ni son, creo que peor.
Camine hasta llegar a la puerta de la entrada de ese café de lánguida luz, que solo alcanzaba a iluminar el alma, misma que en ese momento se me desprendía a pedazos, tomé aire, libere un suspiro y sin pensarlo pasé.
Alguien volteo y noto mi presencia y aviso que ¡alguien había llegado!!!...
Furtivas Miradas y sonrisas en silencio me esperaban sin yo saberlo, un aire de calidez me inundo el corazón.
A distancia, mi vista encontró aquella mesa con olor a madera antigua reservada para mí y camine hacia aquel rincón sin pausa, serio y con paso firme, seguro de mí...
¡Y entonces al llegar!... asumí la derrota, se desmorono mi ser e intente llorar sin éxito.
Aquella esquina, aquella noche y el primer café, me devolvieron el ánimo, sostuvieron mi caída, pusieron mis pies sobre la tierra...
Y por largos minutos guarde silencio, enmudecí... Café tras café y mi voz se perdía.
Vinieron a mi mente platicas de excelentes compañeros y amigos, sueños, proyectos, conversaciones, sonrisas, tristezas, de todo un poco, sin embargo, el alma dolía y mi voz nunca salió...
Esa noche, camino a casa y en medio de aquella onda tristeza, pude darme cuenta que el silencio a veces grita… sí grita… aun en el más profundo de los silencios.